Los museos han cambiado, los teatros han cambiado. Todas las visitas culturales que cuando éramos chicos nos parecían tan atípicas por el grado de solemnidad de esas instituciones han cambiado gracias a la premisa de achicar las distancias con la gente y de formar nuevos consumidores y productores de cultura. Las instituciones han trabajado durante los últimos años a efectos de retener un rol activo en la cultura y no quedar en el olvido y sin embargo, algunos de nosotros, no tomamos nota de ese cambio. Tenemos miedo de llevar a nuestros hijos a esas visitas culturales.
Los niños son activos, curiosos, están llenos de preguntas y de energía que vuelcan directamente en lo que les proponemos, y esto puede ser la Play, un deporte, estudiar, el cine, el teatro o un museo. Lo más conveniente sería que fuera una combinación balanceada de todo eso. Por lo general casi todas las opciones le ganan a los museos y los teatros y es inexplicable el porqué.
Hoy queremos contarles lo necesario que es que estas visitas existan, no sólo desde el colegio de su hijo o hija, sino desde el seno del hogar.
Familias vs. escuelas
Todas las formas de visitar un museo o ir al teatro son válidas, simplemente son distintas. Los niños pueden disfrutar una salida con la escuela, pero lograr que sientan una actividad como propia es a veces más complejo. Ellos distinguen muy bien cuáles son las actividades propias de su familia y cuáles son las que hacen en el marco de su educación, y en esto hay que predicar con el ejemplo. Si vamos a comer pizza los fines de semana los niños saben que comer pizza es algo que su familia valora, lo mismo si vamos a jugar tenis, hockey, vóley o fútbol; es algo que “nosotros hacemos”. No es lo mismo que si es “algo que la escuela hace”. Si tenemos miedo de esas actividades hay que saber que se resuelven solas. Que hoy todo está dispuesto para que los niños interactúen, pregunten y participen. No sólo no se requiere que seas guía de museo o presentador de la obra, lo mejor es que no lo seas.
Veamos el ejemplo de los museos
Las visitas de la escuela suelen hacerse con una guía previa. Los chicos saben que se requiere alguna información mínima que van a volcar en un trabajo y por eso suelen concentrarse en esos puntos, por cierto significativos, en detrimento de otros a los que, tal vez en otras circunstancias, prestarían más atención. Como la visita de la escuela tiene un horario, hay poca posibilidad de un recorrido aleatorio, se establece de antemano qué recorren, qué no y seguramente una guía va a hablar de los puntos básicos a atender
Las visitas familiares pueden pautarse de otro modo. Si los niños son pequeños pueden durar menos, parte del recorrido y el ritmo se les puede dejar a su elección, con lo cual van a poder elegir más libremente a qué prestan atención. Sumado a que va a estar en compañía de su familia y que va a poder discutir distintos temas con sus padres. Esta visita se convierte en algo que “mi familia hace” que es valorado y que “tiene que ver conmigo”, más aún si se mecha con relatos familiares que haga lo que se ve en la exhibición se más cercano. Ya sea porque les contamos nuestra visita al museo cuando teníamos su misma edad, relacionamos una parte de la historia con la historia familiar o una pieza de maquinaria con la actividad de la bisabuela, todo eso hará que el museo sea más cercano y la historia, la cultura o la ciencia como algo que tienen que ver con “nosotros” como familia.
No es muy distinto cuando vamos al teatro. Podemos ir y volver sin pena ni gloria o relacionarlo con nuestro libro preferido de la infancia, contarles acerca del actor favorito de su abuelo o conversar acerca de literatura. Está en cada uno ver que tan significativa es esa visita.
Una cosa es segura, si queremos alimentar la curiosidad histórica, artística o científica de nuestros hijos e hijas tenemos que convertir las visitas culturales en parte del tiempo de esparcimiento familiar. La escuela hará lo suyo.
Desde San Gregorio el iluminador queremos que disfrutes tu tiempo libre y te acerques a nosotros para conversar sobre el prometedor futuro de tus hijos.