¿Cómo crear el hábito de la lectura?
Inculcar el hábito de la lectura es una de las tareas más difíciles de nuestro días. Si hace unas décadas nuestros padres se quejaban de las horas que pasábamos delante de la televisión o del tiempo que dedicábamos a los juegos de computadora, y luego a las distintas generaciones de consolas de juego, ahora hay que sumar a todo eso los celulares y la televisión on Demand como Netflix, los canales de Youtube y seguramente nos olvidamos de alguna otra opción, mucho más fácil de abordar que un libro, por lo menos en la imaginación de un niño que cree que leer es tarea, o un castigo cruel y fuera de lo ordinario.
Leer no es un castigo
Los escritores y editores infantiles hacen su trabajo muy bien. Los libros son llamativos, tienen colores, texturas, buenos textos pero leer, a diferencia de ver televisión, es una actividad que nos demanda participación. Mientras que podemos ver televisión más o menos desparramados en un sillón y prestando atención a ratos, leer requiere algún grado de concentración.
Será por esta característica que muchas veces nos encontramos obligando a los niños y niñas a leer: “Estás castigado, te saco la tele, te saco los juegos… andá a leer” y esa asociación al castigo nos va a perseguir durante años.
Antes que nada, creamos nosotros lo que tratamos de inculcar. Muchas veces es más fácil poner la televisión que leerle a nuestro niña o niño de preescolar. Cuando ellos nos piden quedarnos quietos en un sillón y dejar lo que estamos haciendo, los apuros de la vida diaria nos hacen desear no hacerlo. Ellos quieren nuestra atención y si la lectura se asocia con una complicación en vez de con un placer va a ser muy difícil que nuestro infante retenga otra cosa en su cabeza. Después de todo, son inteligentes y perciben nuestra actitud hacia la lectura.
Por otra parte, la lectura como cualquier otro hábito, se adquiere en casa y por imitación. Más nos vale darnos un tiempo para la lectura y no dejarla solo para la cama antes de dormir. Difícilmente vamos a despertar la curiosidad de nuestros hijos por la lectura si nunca nos ven leyendo, y no sólo una pantalla sino un libro.
Una posible solución es hacerse de un horario fijo para la lectura, una hora por día, una cada dos, así se forman los hábitos, por repetición y sin atajos. Si nosotros programamos ese espacio ya despejaremos nuestras tareas para esa hora y dedicaremos ese tiempo a la lectura. A leerles o a leer algo que despierte su interés, no el nuestro, el de ellos.
Qué leer a cada edad.
Este no es un tema menor. En los primeros años las opciones son fáciles porque el libro entra enteramente por los ojos, y está bien que así sea. Dejar que los niños elijan los libros que les resultan más atractivos es el mejor negocio a futuro. Ellos empezarán a relacionar los libros con las cosas atractivas que le dan placer, como los juguetes, que no tienen ninguna barrera para entrar a la vida de los niños pero ¿qué pasa cuando ya no son tan chicos?
La respuesta no es tan fácil, una vez entrados en la adolescencia sus gustos estarán más claros y ellos mismos experimentarán con distintos autores y distintos géneros, pero hay una edad en el medio, alrededor de los 10 y hasta los 13 en que algunos libros parecen muy infantiles y otros demasiados “letrerosos” y aburridos, algunos niños entran directamente a la literatura de adultos, o incursionan en sagas para preadolescentes y adolescentes, otros se evaden en libros objeto con distintas propuestas, o adquieren los libros de personalidades y youtubers que son más una prolongación de otro tipo de plataforma de entretenimiento más que un libro convencional.
Dicho esto ¿Adivinen qué? está bien, que lean, que compren el libro que más los atraiga, que sea un placer y no un castigo, siempre va a haber tiempo para que incursione en otras cosas y lo van a hacer si las opciones están a su alcance, pero más nos vale dejar que busquen su propio camino, va a pasar más tarde o más temprano.
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1 Comment
Comparto sus apreciaciones en las diferentes situaciones, y aunque tengo estos conceptos muy presentes, valoro que vuestra Institución los señale.